La roca que llora

Las Islas Mauricio no son simples playas paradisíacas, a pesar de que si se caractericen por este tipo de ambientes. Allí también es posible encontrar rincones místicos que son capaces de maravillar a cualquier turista. En esta ocasión en particular trataremos de un lugar muy interesante situado en la zona sur de las ínsulas, la cual es considerada como la más «salvaje». Antes que nada, es fundamental considerar que la civilización prácticamente no existe en esta área de Mauricio, por lo que resulta un destino ideal para quienes buscan alejarse por completo del bullicio de las grande ciudades y tomarse un descanso a pleno tanto de la rutina como de las actividades cotidianas. Los paisajes de este sitio son magníficos, así como también muy llamativos. A continuación, describiremos a la fantástica «roca que llora», denominada popularmente Roche qui Pleure.

La singular piedra se encuentra al este de Souilliac, más precisamente en Gris Gris. Este es un enclave que se distingue por la presencia de múltiples acantilados, y justo al lado de ellos se sitúa la Roche qui Pleure. Se constituye básicamente como un peñasco de diez metros de altura emplazado en el medio del agua. A simple vista parece una roca común y corriente, pero al observarla bien (especialmente cuando el mar está impetuoso) la sensación es que está llorando. Esto es así a causa de las enormes olas que rompen y penetran en los acantilados de la piedra.

Es imposible dejar de hacer referencia que es necesario que haya olas furiosas, ya que cuando el mar está tranquilo puede resultar un poco complejo observar esta curiosidad natural. Por último, cabe destacar que la roca llorona es un sitio muy querido por los lugareños, quienes aseguran que la corriente acuática ha esculpido en las piedras con el correr del tiempo el perfil del poeta mauriciano Robert Edward Hart.

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